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Una sinergia no muy protestante

Santiago 2, 14-19

Henri Persoz

 Traducción Julian Mellado

« La fe sin obras es muerta… así que somos justificados por las obras y no solo por la fe »
He aquí lo que levantaría de su tumba al propio Lutero y a muchos protestantes con él.

Precisamente al gran reformador no le gustaba mucho esta epístola de Santiago que le parecía que establecía un papel preponderante a las obras en el asunto de la justificación. Si el autor de la epístola conoció los escritos de Pablo, en realidad no se opone a ellos, sino que más bien busca completarlos para que los nuevos convertidos no se extravíen en una fe que sería demasiada contemplativa. Santiago da a entender que una fe viva debe estar necesariamente acompañada de un compromiso hacia aquellos que están en desgracia.

Los evangelios nos muestran a un Jesús en oración pero también ocupado en aliviar los sufrimientos de su pueblo. Existe para él, una alternancia entre la fe y las obras. La piedad y la misericordia no pueden separarse. Por ello escribió Ignacio de Antioquía en el siglo segundo : « La fe es la carne del Señor y la caridad su sangre ». Por lo tanto tener fe en Dios es esa confianza que nos sostiene en nuestros esfuerzos por ser solidarios.

Pero Santiago va aún más lejos que simplemente presentar las obras como una consecuencia de la fe. Escribe en el versículo 22 : « Ves cómo tu fe trabajaba junto a las obras » Del verbo sunergein en griego, trabajar con, que ha dado el término en español sinergia. Se trata por lo tanto de un codo con codo en el trabajo. La fe da su fuerza a las obras así como las obras fortalecen la fe, cuando están comprometidos en la misma labor. Anselmo de Canterbury, comentando este pasaje de la epístola escribió : « La fe es inútil y como muerta si no está vivificada y fortalecida por el amor ».

En cambio, Albert Schweitzer fue mucho más lejos cuando declaró : « Mi experiencia me ha enseñado esto: la obras no vienen de la fe, es la fe la que viene de las obras » (predicación en San Nicolás de Estraburgo el 14 de junio de 1903)

Ese codo a codo entre la fe y las obras se realiza en el seno de cada persona así como en el seno de las comunidades. Algunos de sus miembros tienen más facilidad para la piedad, la contemplación y otros lo tienen para el servicio, la diaconía, la acción social. Y el apóstol Pablo, con su imagen del cuerpo, resalta que cada miembro tiene una vocación particular, diferente de las de otros. Todas las vocaciones se complementan armoniosamente y son necesarias para el funcionamiento y el testimonio de ese conjunto que representa la comunidad cristiana. La Iglesia necesita hombres de fe y necesita hombres de obras, porque tiene la vocación de alabar a Dios y el servicio a los hombres.

Retengamos no obstante el pensamiento de Santiago : una fe inactiva, que nunca fuera acompañada de un compromiso hacias los demás, está muerta. Nuestro autor se desmarca de Pablo cuando dice : « Podeis comprobar que uno es justificado por las obras y no solamente por la fe » Es decir : se necesita la fe para ser considerado justo ante Dios; pero no es suficiente, se necesita también las obras.

No conocemos prácticamente nada sobre el autor de esta epístola de Santiago.

Lo único que sabemos es que : ¡ no era muy protestante !

 

 

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À propos Gilles

a été pasteur à Amsterdam et en Région parisienne. Il s’est toujours intéressé à la présence de l’Évangile aux marges de l’Église. Il anime depuis 17 ans le site Internet Protestants dans la ville.

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